jueves, 22 de septiembre de 2016

La guerra electromagnética

 ¿Hasta que punto el hombre puede soportar las radiaciones que recibe a lo largo de su vida?

La guerra electromagnética, ¿ya empezó?

(...) 
Lo que hemos dicho muchas veces aquí en clase ¿verdad? Como el hombre responde a sus circunstancias y se va haciendo según ellas – decía el profesor-
- De esas personas tenemos que aprender mucho – comentaba Sextus-
- Así es como tú dices Sextus. Que mejor que ellos digan lo que se siente estar en esos escenarios y en condiciones límites – decía el profesor- A ver si encuentro aquí algo que me llamó la atención de lo que leí y lo marqué para comentarlo en clase hoy. Denme unos segundos para buscarlo -decía el profesor-
El profesor buscaba de su libro digital el texto de Gustav John para proyectarlo sobre la pantalla y reflexionar al respecto.
- Aquí lo encontré – decía el profesor- ¿quién de vosotros sería amable y lo podría leer? – preguntaba el profesor-
- Yo profesor – contestaba Sextus-
- ¡Bien, adelante Sextus! – decía el profesor-
- La guerra de los rayos x en que las personas eran expuestos en exposiciones descontroladas de Rx alteraban el ADN lo que le producía mutaciones en algunas zonas localizadas en algunos cromosomas. También producía esterilidad masculina atacando a las espermatogonias.
Lo inteligente de esa estrategia era; que había muchas radiaciones espurias. Además habían creado un sistema a la manera si se tratase de antenas para concentrar dichas radiaciones y a la vez autorizaban a ese sistema con la excusa que era esos artificios necesarios para las comunicaciones.
A eso también se le sumaba la utilización de la energía electromagnética que dejó mucho muerto ya que utilizaban las antenas de los teléfonos y demás para concentrar las distintas longitudes de onda potenciándolo y buscando blancos específicos, principalmente a nivel neurológico - Terminaba de leer Sextus-
- Gracias Sextus – decía el profesor-

- Profesor, ¿qué piensa usted al respecto? – preguntaba Virgilio-
-¿De la guerra , preguntas Virgilio? – preguntaba el profesor-
- No profesor, sino de lo que dice acá el autor – decía Virgilio-
- Que el hombre de esta época como el hombre de la griega clásica sigue sintiendo lo mismo frente a estos acontecimientos. Han pasado veinticinco siglos y el hombre no cambia frente a los hechos semejantes. Esto nos dice que la naturaleza del hombre está hecha para otra cosa – decía el profesor-
- ¿Qué otra cosa? – preguntaba Virgilio-
- El hombre lo que aspira es amar y ser amado. A lo más sublime – decía el profesor- La guerra no es propio del hombre sino el amor.
- ¡Cómo dice profesor que la guerra no es propio del hombre, si quien lo lleva a la acción y quien participa es el hombre! – decía Virgilio-
- Lo que digo Virgilio, es que la guerra es producto de ausencia de amor, es carencia, es infelicidad. Todos esos sentimientos es producto de que no hay amor – decía el profesor-
-¿Acaso la envidia, el rencor, la soberbia, a que se debe? – preguntaba el profesor-
- Si profesor, estoy de acuerdo con lo que usted dice – afirmaba Sextus- Quien ama, nada de estos sentimientos posee. Esos son carencia y una necesidad muy grande de amor.

- Por eso la guerra no se ama sino que al contrario cuando no se ama viene la guerra, el odio  - decía el profesor- Eso fue lo que quise decir de que el odio no es propiedad del hombre en cuanto no forma parte de su naturaleza.

                          Fragmento del libro "Scribere Humanum est"                

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