Aquí os dejo con el comienzo del libro: "En busca de mi
otro yo"
—Menelao, ¿me podrías llevar mañana? —preguntaba Octavio.
—¿A dónde quieres ir? —decía Menelao.
—¿Si me puedes llevar a un psicoanalista? —preguntaba Octavio.
—¿Te sientes mal, Octavio? —decía Menelao.
—No, no es para mí. Es para Freud —decía Octavio.
Menelao se quedaba mirándolo un poco sorprendido y estupefacto
como si su expresión dijera que realmente necesita un psicoanalista
urgente.
—¿Y qué pasa, Menelao? —decía Octavio—. No me has dado
ninguna respuesta.
—Sí, claro, Octavio, que puedo, pero discúlpame que no entendí
bien, ¿tú necesitas ir? —volvía a preguntar Menelao.
—¡No, Menelao! —decía Octavio—. Es para mi perro.
—¡Ah, está bien, Octavio! ¡Ahora comprendo! —decía Menelao.
—¿Y por qué quieres llevar a tu perro al psicoanalista? —preguntaba
Menelao.
—Porque parece que tiene alguna enfermedad, en dos semanas
mató cinco gatos en el patio de casa. Parece que se cruzaban, que
eran de mi vecino —decía Octavio.
—¡Ah, entiendo! —decía Menelao—, ¿tú piensas que debes llevarlo
a un psicólogo?
—¡Así es, Menelao, para mí que tiene un trauma Freud! No
puede ser que gato que vea, se lo devore —decía Octavio.
—¿Tú dices, Octavio, que Freud tendría un complejo con otra
especie? —preguntaba Menelao.
—¡Así es, como tú dices, mi querido ......
Fragmento: "En busca de mi otro yo"