viernes, 5 de octubre de 2018

¡El problema Dios!


Novela «Scribere Humanum Est»

¿Por qué no se puede mantener una amistad entre un ateo y un creyente? ¿Para que buscar el mejor argumento que persisten los religiosos? ¿Para qué quieren convencer, si la persona atea que tiene esa tendencia la va a seguir teniendo? Hay una intención que hace que el ateo conserve esa postura y el creyente la suya, entonces, ¿para qué pasar el tiempo predicando? 
Hoy podemos ver tantos blogs, revistas, programas de televisión, queriendo cambiar a las personas, cosa que no logran, ya que nuestra “psique” no es solamente raciocinio sino también emoción y sentimiento. 
Es lo que vemos en la novela «Scribere Humanum Est» en donde Dante; creyente, quiere convencer de la existencia de Dios a un científico ateo, donde son otros sus intereses. 
¡Cuántas guerras, atentados, violencias por Dios! y todavía seguimos usando la palabra vacía, abstracta, que lo único que hace es imponer y producir más violencias. Sabemos quién usa el argumento solo por sí, es solo de los erísticos. Si sabemos que la conducta humana está motivada por sus estados mentales, ¿para qué buscar el argumento, la razón? Si en el hombre, quien maneja su comportamiento es lo emocional.

Todo lo que se dice está cargado de afecto y, si el hombre goza de la preeminencia de los sentimientos, para qué querer convencer buscando un buen argumento, si lo que obtiene es seguir provocando más conflicto en el mundo. Si sabemos que el hombre es un ser conflictivo, ¿para que las discusiones Ciencia-Religión, si provocan más conflicto? ¿No sería mejor que se den las paces? Esto nos lo grafica bien la novela «Scribere Humanum Est», en que Dante lleva a producir influencia en la conducta de Sófocles de lo que hace. 
Se podrá decir que la conducta del hombre es propia del “libre albedrio”. Pero también sabemos que las “emociones negativas” como lo es la “ira”, está provocada o, la causa alguien externo al sujeto y que no depende de este para que aparezca. 
Esto también ya nos lo había dicho José Ortega y Gasset: “Yo soy yo y mis circunstancias” o si se quiere la conducta del hombre está en íntima relación con el ambiente. 
Concluimos entonces, lo que le pasa a Sófocles en «Scribere Humanum Est» le pasa también a cualquier individuo de esta sociedad, en que su conducta es influenciada por el lugar en donde vive y, sus actos no son tan libres como parece.