sábado, 22 de octubre de 2016

Contemplando la Poiesis

Calma- "En Un Banco de la Calle"

Apacíguate un poco, le decía la madre a su hija de cinco años cuando esperaban juntas el taxi que las conducía de vuelta a su hogar, en la casa de la abuela.
Esa experiencia de vida cotidiana como tantas otras, son monedas corrientes en esta sociedad caótica que nos conduce a la agitación, a lo desordenado, a la desesperación.
Es que estamos muy de prisas hoy. Y si lo adulto lo estamos no podemos esperar que los chicos sean ajenos a las circunstancias.
Pareciera que en el mundo del “todo ya” hemos perdido la calma, la tranquilidad.

José Luis Perales nos invita a la contemplación, a detenernos un poco para meditar lo que tenemos alrededor, pero eso solo se consigue con calma del espíritu, porque es desde el interior nuestro donde nos proyectamos al exterior. Él nos advierte que:

En un banco de la calle
Rodeado de recuerdos
Piensa mira
A la gente que camina
Con la prisa en los talones
Y habla sola.

Y él solo puede ser
Un espectador
Piensa mira
Su reloj y siente
Que el tiempo pasó.

Y es así. Nos debe importar nuestro tiempo, el que me hace ser lo que soy, el que viene con mí ser. Esto ya nos había anunciado Martín Heidegger, sin negar el tiempo universal. Porque el tiempo real es la vivencia.

Queremos todo a corto plazo, olvidando que la vida de esa manera no lo es.
Ya que la vida es disfrutar de los simples momentos hasta lo más extraordinario. De eso se trata vivir. De entregarse con esperanza sabiendo que solo con tranquilidad encontramos Paz.
No podemos estar en paz mientras sigamos a las apuradas, atropellándonos con el que tenemos al lado, con el próximo.

José Luis Perales nos recuerda que:

(…)
Hoy solo puede ser
Un espectador
Y piensa y los que al pasar
Miran sin decir adiós.

En sus noches de vigilia
Recupera la memoria
Y piensa y mira
A ese niño que regresa
Desde el patio de su casa
Y juega y grita (...)

En una sociedad donde ha querido conquistar el mundo y, lo que ha hecho es ceder su tranquilidad, sus valores, su idealidad a cambio de psicofármacos, psiquiatras, psicólogos.
Cuando las palabras, los conceptos se quedan como tal, es inocuo. Por lo tanto los meros discursos muy de moda en el tiempo que nos toca vivir hay que sustituirlo por la "Poiesis".

Ya Aristóteles en su poética nos invitaba a la mímesis y lo hacía como erudito que era.
Hoy los poetas nos vuelven a invitar a la calma para que vivamos un poco mejor lo que nuestra esencia nos exige, porque ya sabemos cómo nos va cuando no escuchamos a nuestra natura.

Si quieres vivir mejor depende de ti, pierde el capricho “que no puedo”
Lee más poesías y si va acompañada de melodía mucho mejor.
Aprovechemos de las personas que nos regalan esas vivencias, las poesías, que transmiten sus experiencias. Ya que los sentimientos muchas veces tienen la preeminencia de lo que no goza la razón.

Miguel Ángel sabía muy bien de reproducir la realidad, aparte de su talento inquebrantable, tenía mucha intuición propia de su talla, cuando después de finalizar su Moisés  golpeándole la rodilla le dijo; "camina".

Hoy en el tiempo contemporáneo que vivimos también hay poetas que saben cómo transmitir la realidad. Su intuición la comparte a quien está dispuesto a contemplarla.

Esto es el artista, mimetiza la realidad y cuando mayor es la inspiración mayor es la mimetización, como lo hace don José Luis:

(…)
Mira como el sol se va
Y siente que el tiempo pasó
En un banco de la calle
Rodeado de recuerdos
Piensa y mira
A la gente que camina
Con la prisa en los talones

Y habla sola. 


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